propio podía reclamar la Real Sociedad, decidíme á ofrecerle el libro, suplicándole lo tomara bajo sus auspicios y su elevada iniciativa. El Sr.Montoro, que dirige la Real Corporación, pensó, con mu buen acuerdo, que la Presidencia de la Sección de Educación debía examinar los fundamentos de este acto, sobre todo en presencia del carácter de mi libro, por si respondiera á los propósitos que había formulado ante la Junta. Hízolo así el Sr. D. Miguel Melero, que, por otar parte, habíame seguido paso á paso, desde mi entrada en la escuela de Zapata, hasta este momento mismo. Y queriendo el Sr. Montoro sancionar la medida que pudiera adoptarse en orden al propósito repetido, dió encargo al Sr. Censor para que, en vista de todos los antecedentes reunidos, pudiera exponer su juicio, no ya dentro de la significación y los fines de la Real Sociedad, sino conforme con sus Estatutos y Reglamentos. Cumplimentó el Sr. Cueto la disposición de la Presidencia, y la Junta de Gobierno, considerando uno y otro dictamen, resolvió, con dignación sobrada para mí tomar bajo su protección mi iniciativa. Los Sre. Cueto y Melero juzgan de una manera tan honrosa el presente libro en sus informes, que acaso pudiera aparecer que me daba prisa en reproducirlos públicamente, como un testimonio, sin duda respetable, en alabanza propia. Baste saber que uno y otro manifestaron á la Junta de Gobierno, que debía dispensarse su elevado concurso, acogiendo bajo los auspicios de la Real Sociedad mi libro, "por considerar beneficioso a la
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