deleita en descubrir, analizar y poetizar lo monstruoso, y lo anómalo, sino también posteriores tendencias literarias, manifiestan desembozada propensión á escudriñar idiosincrasias singularísimas y á inquirir lo anormal, tanto en los campos de la Psicología como en los mejor deslindados de la ciencia fisiológica. Las apuntadas orientaciones encuentran eco en los cerebros aún no definitivamente disciplinados de los jóvenes pintores y los lleva al estudio de lo informe ó peregrino, como si semejantes modelos pudieran ser verbo del temperamento de un gran artista ó del genio de una ilustre raza.
En el artículo titulado «La palabra divina» fustiga el Sr. Mesa, con rigor injustificado, en mi concepto, la Retórica que engalana el discurso pronunciado por el señor Arzobispo de Compostela en el acto de recibir la ofrenda que S. M. el Rey dedica al Santo Apóstol. El Sr. Mesa encuentra pasados de moda los juicios emitidos por Su Eminencia en aquella