descripción de un sueño pavoroso, y en vez de mostrarnos en el fulgor de la mirada de unos ojos negros promesas de ventura, se complace en abrirnos simas tenebrosas de traición y de perfidia.
Como anillo al dedo viene después de esta leyenda que enluta los ojos azules de la Madre del linaje humano, el caso de la devota doncella á quien el mismo Dios desconoce á las puertas del Paraíso, porque Él la crió con abundante cabellera negra como el ébano y ella viene á someterse al fallo del Juez Supremo con las crenchas rubias como el oro.
Yo soy tan partidario de los cabellos rubios, aunque lo sean por artificio, que no se me hubiera ocurrido inventar la conseja que el Sr. Mesa tan elegante y amenamente narra; pero confieso, á pesar de esta discrepancia en los gustos, que causó grata impresión en mi ánimo sombreado por las negras tonalidades que dominan en Flor pagana, el rayo de sol que proyecta este cuentecillo.