reconocer que en las descripciones del bosque derrocha el Marqués tal opulencia en la dicción y elegancia tal en la sintaxis, que merece la admiración y el respeto del zoilo más adusto.
La impresión general que he sacado yo de la lectura de esta preciosa colección de cuentos no puede ser más lisonjera para las facultades técnicas del autor y, por lo que atañe á las facultades puramente artísticas, creo advertir que Villasinda sabe mejor arrullar el oído con magistrales cadencias, que regalar la vista ó conmover el corazón con cosas vividas ó inspiradas en el natural directamente; se me antoja que nuestro autor ha preferido para componer su libro, encerrarse en el recinto tibio y culto de su biblioteca, á respirar el puro ambiente de las montañas, valles y llanuras; paréceme, en fin, que en esta obra el Marqués ha querido ser más musical que gráfico, más amante de la disciplina académica que apasionado de la fecunda independencia del artista.