Los colores del prisma son indudablemente más hermosos y halagan más la vista de la gente del Mediodía que no los tonos grisientos puestos de moda por los hijos de la nebulosa Inglaterra; y, no obstante, el andaluz, el napolitano ó el dálmata civilizado adoptará las vestimentas de apagados colores y no osará exponerse á ser blanco de las burlas de los elegantes, engalanando su grácil apostura con las policromas estofas, cuya variedad y viveza de matices seguirá él, á pesar de todo, prefiriendo á la plomiza gama que en Pycadilly impera.
Respetos humanos parecidos á los que inducen á la gente del Mediodía á despojarse de sus vistosos arreos para adoptar los antiestéticos patrones impuestos por los países que supieron triunfar por la fuerza, inclinan los ánimos, atemperan los ímpetus y regulan los gustos de la meridional gente de pluma. El miedo á parecer atrasados y á pasar por hombres poco leídos, arrastra á los modernos