que Cardenal es Primer Ministro; antes que católico, diplomático; antes que caballero, político; antes que nada, hombre de genio; pero no por tener gran genio deja de tener mucho de hombre.
Por eso, si son relevantes sus dotes de estadista, anúblalas en muchos casos con desenfrenadas pasiones; si brilla unas veces como gran patriota, aparece otras como gran egoísta; y siempre, palpitando bajo todas sus hazañas y latiendo bajo sus miserias todas, fulgura como cometa siniestro su orgullo desmedido, su amor propio sin límites, su ambición desapoderada, su carácter rencoroso y vengativo, su inteligencia clara como el sol y su voluntad firme é inflexible como el granito que remata la cumbre de las montañas ingentes.
Nación situada en el centro de Europa y, si extensa en costas, no mucho por la parte del Mediterráneo, centro hasta entonces del tráfico mercantil, no se había cuidado gran cosa Francia de sus fuerzas navales ni se había