adolescente. La imparcialidad obliga no obstante á recordar la conducta mezquina que el purpurado Mecenas observara respecto de Pedro Corneille, cuyo talento inspirábale una envidia que le arrastró á componer, con pujos de competir con el insigne trágico, obras tan desdichadas como Mírame y La Grande Pastorale.
Parece que fué mayor el acierto de Richelieu en el cultivo del género histórico. Atribúyesele la Historia de la Madre y del Hijo, á pesar de que lleve la firma de Mezeray; El Diario del Señor Cardenal de Richelieu durante la gran tormenta de la Corte, de origen contencioso; y el Testamento político, cuya autenticidad ha suscitado empeñadas polémicas.
Fué Richelieu aficionado al fausto, orgulloso de condición, vengativo hasta la crueldad, perspicaz hasta la astucia, astuto hasta la suspicacia, enemigo de todos y amigo de nadie, firme en sus propósitos, testarudo en sus