Cuando se construye un túnel internacional y los obreros que han emprendido la obra desde puntos opuestos ven caer la última porción del obstáculo que los separaba, se produce una escena de alegría conmovedora. No se conocen; quisa no se entienden; pero la solidaridad del esfuerzo común les ha ligado con robustos vínculos; y al verse, les invade ese júbilo que acompaña á todos los éxitos difíciles y honrados. Así es que unos caen en brazos de otros y se estrechan entusiasmados por la magnitud de la victoria alcanzada en las entrañas mismas de la tierra que tantas veces había amenazado tragárselos.
Los hermanos nuestros de raza, que vienen trabajando desde sus posiciones respectivas en el mismo túnel que nosotros fraguamos, se han encontrado anteanoche con nosotros. Al ver que la causa española se ha abierto una amplia vía bajo la pesada montaña de calumnias y prejuicios que quería aplastarla; al ver que los trabajadores del pensamiento nos han ayudado en este triunfo moral, que es un signo de progreso, nosotros los saludamos con efusión de cariño y les tendemos los brazos abiertos... tan abiertos como lo están nuestros corazones á todos los sentimientos de lealtad, de gratitud y de justicia.