Este viaje nos produjo una irritacion bastante fuerte a la vista i una estratificacion completa en la piel; pues nosotros, por admirar los encantos que nos ofrecia la luna iluminando el valle i las montañas, no nos cuidábamos de nada.
Una soberbia cena i la cordialidad de los compañeros nos hizo olvidar todos los malos ratos.
A pesar de la fatiga del viaje, quedamos largas horas a orillas de la laguna, abrigados entre altos peñascos, contemplando tantos i tan hermosos como variados paisajes que debiamos abandonar al dia siguiente; pues nuestro regreso a Santiago debia tener lugar en las primeras horas de la mañana.
XV
El sol derramaba sus tibios rayos cuando los exploradores hacian sus preparativos de marcha.
La mañana era encantadora, i el lago, como si comprendiera nuestra partida, hacia resaltar todas sus maravillas.
A las ocho estábamos todos listos para montar, pero ántes debia el fotógrafo señor Rayo retratar a la comision. Para el efecto, nos subimos al peñon que nos habia servido de observatorio.
Como la plancha no hubiera salido a satisfaccion, volvimos a retratarnos ya sobre nuestros caballos.
Hecho esto i despues de despedirnos de nuestro compañero don Belisario Diaz, que debia permane-