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ESPLORACION.

poder prescindir de ir contemplando los bellos cuadros que los Andes nos ofrecian a la vista por todas partes; lo que nos hizo sufrir las consecuencias harto desagradables del agrietamiento de los labios, una fuerte inflamacion de los ojos i el completo arrebato de la cútis.

Antes de caer al valle del Yeso, el sol se nos habia ocultado del todo, i las crestas de los Andes, espléndidamente iluminadas por la luz crepuscular, nos ofrecian hermosos panoramas delicadamente detallados e imposibles de ser reproducidos en el lienzo. La luna, levantándose simultáneamente al ocaso del sol, como dia de oposicion, reflejaba sus pálidos rayos sobre las crestas del occidente, pintando nuevos cuadros fantásticos de índole mui diversa a los que habiamos contemplado i que acababan de desaparecer.

Al pié de la cuesta, nos detuvimos por algunos minutos para arreglar los instrumentos, continuando en seguida la marcha. El viento habia calmado del todo, i las capas superiores de la atmósfera, condensadas i enfriadas al contacto de las nieves, descendian al valle, enfriando el ambiente de una manera mui marcada, poco agradable al viajero, se este modo, continuamos por la senda ántes descrita hasta llegar a las Yeseras. Aquí atravesamos el rio, a la sazon mui crecido, turbio i torrentoso, para seguir faldeando los cerros del sur o sea los flancos del elevado macizo denominado Meson Alto, atalaya de las lagunas. Cerca del Salto del Agua volvimos a cruzar el Yeso, ascendiendo en seguida la escabrosa