que se preparase para acompañarme al Calbuco i buscar dos montañeses mas. El primero se me habia hecho recomendable desde el año pasado, que nos acompañó en la visita que hicimos al lago de Todos los Santos.
No tuve porque arrepentirme de haber continuado, pues en algunos barrancos que encontré a mi paso, pude hacer algunas observaciones jeolójicas que llamaron mi atencion.
A unas 3 millas al sur de la boca del Coihuin se ve que las rocas de solevantamiento son dioritas (gr. fig. 1. lám. I.) cuya testura varía a cortas distancias, la anfíbola se presenta a veces en grandes cristales diseminados en la masa feldspática; pero, como acabo de decir, de este estado fanerójeno suele hacerse casi adelójeno, tomando entonces la roca una estructura parecida a la de los pórfidos; en este caso la masa adelójena está compuesta de pequeños cristales de anfíbola íntimamente mezclados con una parte del feldspato, en la cual nadan cristalitos aislados de albita, tomando el conjunto un color apizarrado.
Sobre estas masas dioríticas descansan rocas metamórficas arcillosas (f. fig. 1. lám. I.) blanco-amarillentas que se parten en lajas gruesas, pero sin formar aun verdaderas esquitas; son mui duras i toman a veces un color gris-rojizo: tales son las que forman los farellones de Coicura, frente al estero de Reloncaví; la intensidad del color está en razon directa de su grado de antigüedad, fuera de la calidad de los depósitos que les han dado oríjen. Sobre este terreno, perteneciente talvez a la época siluriana, si se atiende a su situacion relativa, aunque no contiene resto orgánico alguno que sirva de guia, descansa la formacion cuaternaria, sobre la cual está Melipulli i los cordones litorales de esta latitud. Estas arcillas se descomponen difícilmente por la accion del tiempo, sobre todo la gris-rojiza, que se cubre superficialmente de una capa de color de cobre nativo, probablemente de óxido de hierro. Un poco mas al sur, en las orillas del Chaura, de que pronto hablaré, las arcillas mencionadas se convierten en verdaderas pizarras.
En otras puntas, aunque no es lo mas frecuente, las arcillas están reemplazadas por gneis, aquéllas descansan sobre éste, o bien coaglomeradas mui antiguas, compuestas de piedras redondeadas de diversos tamaños unidas por una arenusca negro-azuleja sumamente dura.