Las montañas del norte no ofrecen alerce ni ciprés; pero las del sur abundan en el primero aunque de difícil esplotacion, por lo pendiente de las laderas de los cerros. Al oeste del lago se apoya la cordillera de las Hualas, tan acantilada i rocosa que parece se la hubiese labrado de intento a pique, por lo cual acepta mui poca vejetacion.
El ciprés que labran los huarunos en esta rejion lo cortan algunas millas mas adelante del estremo oriental del lago; pero se poco abundante. En los dos años pasados solo beneficiaban los palos arrastrados por las creces del Puelo i que se encuentran depositados en las riberas suaves i locales de revezas. Hace, pues, tres años que penetra jente a estas rejiones, luchando con mil dificultades para alcanzar un reducido producto.
Labrados los palos o hechos cuadrados del tamaño que dan, arman balsas que conducen a remolque hasta el Salto. En este punto desbaratan las balsas, mientras un bote sigue aguas abajo i se estaciona en la correntada Remolineadora situada inmediatamente abajo de las Islas. En seguida comienzan a largar los palos uno a uno, i al llegar a la Remolineadora, se detiene i comienza a jirar en la reveza. El bote de estacion sale a remolcarlo i conducirlo a la playa. Cuando han concluido de botar los palos, arman nueva balsa en la Remolineadora i desde aquí las conducen a remolque hasta la boca del rio Puelo, varando las balsas en el llano para aserrar los palos i reducirlos a durmientes.
En la tarde hice las observaciones siguientes, a las 3h 30m P. M.: el aire libre señalaba 18° 62, siendo la temperatura de las aguas del lago 16° 37.
A las 6 de la tarde, el aire marcaba 15°, 87 i el agua 13°, 06; i a las 5h A. M. del dia 24, el aire 11° 12 i el agua 11° 94. Por esto puede colejirse la sospecha antes manifestada, de que las fuentes del Puelo deben ser un gran lago; pues no de otra manera podrian tener las aguas del rio una temperatura tan elevada i siempre mayor a la temperatura média del aire de los Andes.
Al amanecer del dia 24 todo era nuevo para nosotros. El armonioso canto de los pájaros era en el lago una monotonía que concluiria por fastidiar si hubiera de permanecerse largo tiempo en esos parajes. Los tonos de la plegaria del alba eran entera-