Al sur de la plaza de San Miguel i desde los cerros que bordan el lago, se precipita una hermosa cascada como de 25 metros de altura, que parece ser el desagüe de alguna laguna pequeña, a juzgar por la hondonada dedonde vienen las aguas.
En la tarde, habiendo amainado el viento, dejamos la playa blanca, i continuando con la mensura, alojamos en el puertecito denominado de la Arena, situado precisamente al norte de la cascada. Desde este punto pudimos notar el ramal de cordillera que, naciendo en las Hualas, corre hácia el SE. limitando por el sur el lago i el cauce del rio.
Desde la Arena se ven dos abras que se miran al S. 55° O. i al S. 27 E. i que presentan dos magníficas vistas de los Andes, cubiertas por cortinajes vejetales mui cercanos. Las cordilleras en estas rejiones, aun cuando no fué posible medir sus altitudes, creemos no se elevan mas de 1400 a 1600 metros. Sus laderas australes i del oriente se notan cubiertas de nieve; mas, las occidentales i del noroeste carecen por completo de ella. Una que otra cumbre presenta delgadas estrias de nieve que desaparecen en el verano.
Pero antes de seguir adelante, citaré aquí íntegramente la memoria que me pasó el guardia-marina Rogers, respecto a su esploracion de la parte superior del Puelo. Dice así:
"En virtud de las instrucciones de Ud., el 16 a las 3h 15m P. M. dejé la correntada Remolineadora acompañado de don Manuel Tellez i de don Manuel Oyarzun, como prácticos, en un pequeño bote de cuatro remos para continuar la esploracion del rio Puelo.
"Principiamos la subida venciendo con felicidad la peligrosa carrera de la Remolineadora, continuando por el canal que ofrece el rio hácia su lado sur, usando con frecuencia de la sirga a causa de la rapidez de la corriente, descargando i aun pasando a pulso el bote sobre alguno de los numerosos bancos de piedra que entorpecen la marcha de las aguas en esta parte; tomando alojamiento después de dos horas i média de trabajo, empleadas en salvar las dificultades anteriores, i por tener en perspectiva
se sabia que existia a orillas del lago Nahuelhuapi, segun muestras traidas por el Dr. Fonck. Es de suponer que el cedro visto en el rio Palena sea el mismo libocedrus que, desde las cordilleras de Santiago, avanza hasta aquella rejion.