fondos. La aguada es abundante hácia el fondo de la ensenada; mas en la isla solo hai en su cabeza NO.
"Febrero 28.—Como tuviese que mandar la chalupa a Puerto-Montt en busca de víveres para la jente, aproveché esta circunstancia para hacer el viaje por el canal de Quilma i terminar ahí los trabajos en él principiados. Al llegar al paso llamado el Quetrúe, éste se hallaba completamente seco a pesar de quedar aun tres horas de marea vaciante; no tuve otro arbitrio que hacer arrastrar la chalupa por el monte en una estension como de 600 metros, lo que efectuamos gracias a un jinete que acertó a pasar i que nos dió remolque con su noble bruto.
"El 20 regresó la chalupa de Puerto-Montt; i haciendo el viaje por el canal de San Rafael, se dió fin ahí a los trabajos. Este canal formado por la isla de Quihua i el continente solo es navegable para embarcaciones menores. Su brazo principal corre desde San Antonio al norte con un fondo en su medianía de 15 brazas; mas desde aquí se inclina al SE. disminuyendo notablemente su braceaje. Sus riberas se van estrechando hasta llegar al Quetrúe, donde no cuenta mas de 300 metros de ancho. En esta parte seca completamente casi en todas las mareas por cerca de media milla, continuando en seguida hasta desembocar en el canal de Caicaen, con no mas de 2 piés de agua i con un ancho máximo de 300 metros. Las mareas invaden el canal por sus dos estremidades internándose por las abras i esteros. Uno de éstos entrando por el Quetrúe, llega a la capilla de San José en la ribera opuesta, dejando una garganta de tierra de cien metros mas o menos. En su brazo principal se interna el de Tilao a mas de 600 metros, i con la marea una gran cantidad de peces. Los pescadores esperan este momento para atravesar sus redes en la boca del estero, i así, al vaciar la marea, vienen con ella los peces que pasan a ser pescados.
"Las estrechas gargantas que separan estos esteros i el efecto destructor de las mareas en las costas que he tenido lugar de esplorar, me hacen creer que el canal de Quihua no ha sido desde su principio completamente invadido por las aguas. Es de suponer que después del trastorno que ha debido formar este archipiélago en que, hundiéndose su terreno en partes i habriéndose grandes grietas en otras, las aguas internándose en este canal a la vez, por San Antonio i Caicaen, dejaron en el Que-