Núm. 3 — Scbre otro peñasco, como á 300 metros al S. del anterior, encontramos este tercer petroglifo ( fig. 33 ) con representaciones análogas á los anteriores. Pa- rece que no hubiese sido terminado á juzgar por algunos rastros de golpes en los cuales no puede observarse que hayan obedecido á una tendencia definida. En la parte E. se ve una cabeza de llama que al no ha- ber sido terminada nos hace suponer que involuntariamen- te quedó este sugestivo trabajo, inconcluso. Núm. 4 — Como á 500 meti'os al S, sobre otro enor- me peñasco y en la superficie que mira hacia arriba, se halló este curioso petroglifo ( fig. 34. )
Fig. 33 — Petroglifo núm. 3, descubierto en “La Paya”, inconcluso, al parecer.
Como puede verse, un gran surco profundamente ta-
llado divide el petroglifo en dos secciones, en dos cam-
pos. Las figuras trazadas son múltiples y parece que
la idea dominante fué la de grabar ac|uellos animales
que alguna relación tienen con los cultos meteorológicos;
no sería difícil que el gran surco fuese la representación
convencional de un río, una acecpiía ó, tal vez, una ser-
piente.
Pero de cualquier manera lo perfectamente visible, lo
cpre no deja lugar á dudas es que las figuras predominan-
tes son las llamas y los ziiris ó avestruces.
Estos últimos adquieren, como puede observarse en la