DOS PALABRAS
En este libro no se va á encontrar el lector con una de esos tremendas parodias de la vida que por sus ui- sajes de realismo, sacuden el sentimiento y llevan al ánimo la no muy halagadora revelación de que en el mundo orgánico, lo que está sujeto á más grandes cri- sis y antagonismos, es precisamente lo más perfecto: la humanidad.
No se propone la joven autora de esta novela, im-
presionar por el socorrido medio de truer á colocación en el transcurso de su obra, escenas conmovedoras por su envoltura de fatalismo, y, mucho menos, se pro- pone, trazarnos á fuerza de ingenio uno de esos cua- dros donde se mueven á capricho, pocos ó muchos personajes, que, si nos hablan de la realidad, es siem- pre de una realidad que no convence. ““Amir y Arasi”” es todo lo contrario. En sus pá- ginas nos presenta la señorita Eyherabide, tipos per- fectamente reales. Hay en la obra, abundantes palpi- taciones de vida.
El muchacho que figura en el proemio del libro, está perfilado felizmente y es un retrato fiel del jo- ven vagabundo de los campos con toda su travesura y su ingenuidad características.
