ADVERTENCIA DEL EDITOR,
PUESTA AL FRENTE DE LA PRIMERA IMPRESION, DE 1782.
PORQUE empezaban á andar en manos de los curiosos algunas copias diminutas y vicia- das de estas Fábulas, me pareció que haria un servicio al público literario en pedírselas á su autor, valiéndome de la amistad que le debo, y en darlas á luz con su beneplácito. No quiero preocupar el juicio de los lectores acer- ca del mérito de ellas; sí solo prevenir á los ménos versados en nuestra erudicion, que esta es la primera coleccion de fábulas enteramente originales que se ha publicado en castellano. Y así como para España tienen esta particular recomendacion, tienen otra, aun para las na- ciones extranjeras: conviene á saber, la nove- dad de ser todos sus asuntos contraidos á la