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Página:Facundo - Domingo Faustino Sarmiento.pdf/177

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Facundo

le viene hoy el movimiento barbarizador, impreso por el gaucho de la marca colorada.

Pero no hay males que sean eternos y un día abrirán los ojos esos pobres pueblos á quienes se les niega toda libertad de moverse y se les priva de todos los hombres capaces é inteligentes, que podrían llevar a cabo la obra de realizar en pocos años el porvenir grandioso á que están llamados por la naturaleza aquellos países que hoy permanecen estacionarios, empobrecidos y devastados.

¿Por qué son perseguidos en todas partes, ó más bien por qué eran unitarios «salvajes», y no federales "sabios», toda esa multitud de hombres animosos y emprendedores, que consagraban su tiempo á diversas mejoras sociales; éste á fomentar la educación pública, aquél á introducir el cultivo de la morera, éste otro al de la caña de azúcar, ese otro á seguir el curso de los grandes ríos, sin otro interés personal, sin otra recompensa que la gloria de merecer bien de sus conciudadanos? ¿Por qué no vemos levantarse de nuevo el genio de la civilización europea, que brillaba antes, aunque en bosquejo, en la República Argentina? ¿Por qué su gobierno «unitario» hoy, como no lo intentó jamás el mismo Rivadavia, no ha dedicado una sola mirada á examinar los inextinguibles y no tocados recursos de un suelo privilegiado? ¡Por qué no se ha consagrado una vigésima parte de los millones que devora la guerra fratricida y de exterminio, á fomentar le educación del pueblo y promover su ventura? ¿Qué se le ha dado en cambio de sus sacrificios y de sus sufrimientos?

¡Un trapo colorado! ¡A esto ha estado reducida la solicitud del gobierno durante quince años, ésta es la única medida de administración nacional, el único punto de contacto entre el amo y el siervo: marcar el ganado!