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—¡Canejo! .... ¿Será verdá?
¿Sabe que se me hace cuento?
—No crea que yo le miento:
Lo ha visto media ciudá.
¡Ah Don Laguna! ¡si viera
Que rubia! .... Creameló:
Crei que estaba viendo yó
Alguna vírgen de cera.
Vestido azul, medio alzao,
Se apareció la muchacha:
Pelo de oro, como hilacha
De choclo recien cortao.
Blanca como una cuajada,
Y celeste la pollera,
Don Laguna, si aquello era
Mirar á la Inmaculada.
Era cada ojo un lucero,
Sus dientes, perlas del mar,
Y un clavel al reventar
Era su boca, aparcero.
Ya enderezó como loco
El Dotor cuanto la vió,
Pero el Diablo lo atajó
Diciendolé:—« Poco á poco: