Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/1216

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

cotizaba la figura militar de Tajes en aquella época de lucha, en que de ambos lados se hacían prodigios de valor rivalizándose en audacia.

“Artículo 1° — El coronel don Francisco Tajes, completamente restablecido de su herida, toma desde hoy el mando de su regimiento.

“Art. 2º — El general de las Armas, recomienda al ejército al señor Cirujano Mayor y los profesores Odicini y Talavera, a cuya hábil y afanosa asistencia se debe el pronto restablecimiento del señor coronel Tajes. Conservando el Ejército, en este Jefe, una de las mejores lanzas, uno de sus más virtuosos soldados, los señores profesores nombrados han adquirido un nuevo título a su gratitud y han agregado otro nuevo servicio a los muchos que ya les debía la Patria y la Humanidad”.

La herida había sido de bala, y cuando la noticia cundió hubo un general sentimiento de temor por la infeliz contingencia y las posibles. derivaciones de la lesión, tenida desde luego por sería. Y ese estado de espíritu no sólo estuvo de manifiesto en la ciudad sitiada, sino que se compartió por los mismos sitiadores del Cerrito, donde se consideraban las altas virtudes guerreras del adversario.

De María dice haber oído de testigos oculares, que el general Oribe mandó llamar a la madre de Tajes, residente en el campo del Cardal, y le hizo extender la orden necesaria para que atravesara las líneas, sin oposición de clase alguna, a fin de que pudiese cuidar personalmente a su hijo herido.

Cuando la sublevación militar de abril de 1846 a favor del general Rivera, Tajes combatió a los amotinados apoyando al grupo civilista de Melchor Pacheco y Obes, junto con César Díaz, Lezica, Estivao, etc.; y triunfante el caudillo, se apresuró a castigarlo dándolo de baja y concediéndole un plazo de seis días para abandonar Montevideo.

Rivera, ensoberbecido por la victoria y despechado por la decidida actuación de los jefes principistas que habían puesto su espada y su vida a servicio de la ley, llegó al extremo de abusar de su posición, empleando términos inconvenientes para el coronel Tajes a quien hizo comparecer en su presencia. Así lo aseguró el valeroso capitán en carta a su compañero de armas, coronel Tomás Gómez.

El presidente Suárez negóse a ratificar aquellas medidas y no obstante la insistencia de Rivera hizo triunfar su tésis, que era — a fin de cuentas — la que se ajustaba a derecho. Tajes lo mismo que sus compañeros permanecieron en la capital.

El 23 de julio de 1847 tuvo el mando del 1er. Cuerpo de Guardias Nacionales, agregando a este cargo el de jefe del Cantón del Centro.

En octubre de 1847 acompañó con fuerzas de su batallón al Ministro de la Guerra coronel Lorenzo Batlle, cuando éste fué a Maldonado

— 1216 —