Página:Fernández Saldaña - Diccionario Uruguayo de Biografías (1810-1940).djvu/672

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Uruguay la suma de 3.890.000 pesos oro, y por el 3°, el Uruguay, accediendo a los deseos manifestados por el gobierno del Paraguay y dando a esta República una prueba de amistosa simpatía a la vez que como un homenaje de confraternidad sudamericana “declaraba renunciar formalmente al cobro de aquellos gastos de guerra”. Fué de este modo como se canceló en Asunción, a los 23 días de abril de 1883, la deuda originada por la Guerra de la Triple Alianza, ofreciendo un ejemplo sin precedentes internacionales.

Trasladado a la Legación en España el 2 de setiembre del mismo año 83, hizo vida de joven diplomático apuesto y rumboso.

En 1885, cuando una epidemia de cólera azotó la península, trasladóse con su secretario Pablo Ramella a la provincia de Murcia, la más castigada por la peste, visitando los hospitales y señalando su paso en todos lados por las muestras de su generosidad. “...El ha venido a ser la providencia de los desgraciados”, escribió el diario madrileño “El Globo”, Fué preciso poner guardias en los sitios en que se alojaba nuestro Ministro, para evitar la aglomeración de la gente que vivaba a aquel indiano, que había repartido sobre 5.000 pesos oro. En esta extraordinaria cuanto arriesgada gira Ramella adquirió el cólera, pero felizmente sanó,

En 1886 tuvo a su cargo una laboriosa gestión pro-financiación del que sería Banco Uruguayo, con un «consorcio de capitalistas catalanes, pero la caída de Santos hizo fracasar el negocio.

De vuelta en la República fué electo diputado por Maldonado en las cámaras de 1883, pero hombre voluntarioso y con ínfulas de superior, escandalizó a la cámara no asistiendo a las sesiones y originando con ello incidentes repetidos. Puede decirse que hizo real abandono del cargo al no aparecer sino muy rara vez en sala, como el día en que se presentó, inopinadamente, a votar el proyecto de Tulio Freire que levantaba el destierro a Santos. Buscando fin a esas incorrecciones, el gobierno le confió una misión en el extranjero como inspector consular y comisario de emigración encargado de hacer propaganda, con $ 5.000 de viático, lo cual dió origen a un último escándalo parlamentario.

El 18 de diciembre de 1891, el presidente Herrera y Obes, cometiendo una falta sin disculpa, nombró a este ciudadano inteligente pero en falencia cívica, Ministro Plenipotenciario en Francia.

En 1895, separado de la diplomacia, el presidente Idiarte Borda, distanciado del Dr. Herrera y Obes, y deseoso de tener un diario que defendiese su gestión de gobierno, confió a Kubly la dirección de “La Prensa”. Un acercamiento entre ambos personajes citados, determinó al poco tiempo el cese del diario y Kubly se despidió de sus lectores después de narrar la entrevista tenida con el Presidente, de la cual salió “con lástima a aquel buen hombre — a quien sinceramente apreciaba —

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