Miel contribuyó eficazmente al desastre de los españoles. En las expediciones á través de los Andes, como en las persecuciones sufridas muchas veces hasta los llanos de Casanare y las selvas más remotas, era Páez el encargado siempre de las exploraciones, de los econocimientos, de cubrir la retaguardia ó de contener al enemigo.
En la campaña del Apuré (1816) tomó Páez una ofensiva enérgica y vigorosa contra la división mandada por el general Latorre; la valentía de Páez no se desmintió en aquellas circunstancias, pero los resultados fueron negativos.
Los españoles contaban por entonces con los refuerzos de España llevados á Venezuela por el general Morillo. Eran tropas aguerridas que en su mayor parte habían combatido contra los ejércitos de Napoleón. Y además tenían el auxilio poderoso de los terribles llaneros, que combatían por España á las órdenes del siniestro Boves.
Mal se ponían las cosas para los independientes. Los realistas se habían apoderado de la isla Margarita, de La Guaira, de todos los puertos de Costa Firme, incluso Cartagena. Entraron en Santa Fe, hoy Bogotá; Valencia capituló; fué preciso levantar el sitio de Puerto-Cabello. Al parecer estaba dominada la revolución.
Para otros no había esperanza; pero Páez, tan familiarizado con los reveses como con los triunfos, no se desalentó jamás ni perdió nunca la fe.
En las más adversas circunstancias y escuchando á todas horas los más siniestros y fatídicos augurios, organizó una fuerza de caballería con los dispersos que iba recogiendo y con nuevos voluntarios. Formó también con desertores de las filas realistas el batallón Páez, que se distinguió más tarde por su disciplina y su bravura.
Poco después se unieron Páez y Bolívar, que recíprocamente se admiraban y se estimaban antes de conocerse. Cuando se conocieron, creció singularmente la mutua estimación de ambos caudillos, que habían nacido para completarse. Era Bolívar la inspiración, el genio, el alma de la revolución; Páez era el brazo que ejecutaba las inspiraciones del Libertador, y el único capaz de llevar á término los planes gigantescos del hijo de Caracas.