Página:Frontera, sociedad y justicia coloniales.djvu/62

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FRONTERA, SOCIEDAD concluirlo, se ofrecio la disputa sobre si desvio o no un perro (Fs. 2 vta.) una vola del declarante que estaba ya Jugada la qual atajo en el camino casualmente un perro a tiempo de que este la hizo andar otra que tiro Maciel, por haver repechado la de este, con la del que declara, pero no contento el citado Maciel con que la ubiese declarado por nula el citado canchero, tiro la pala con que jugaba y dirigia las citadas volas, tomando al mismo tiempo el dinero que estaba por apuesta sobre una tabla, pero el declarante disimulando en parte esta accion, lo mas que le dijo fue que ya por ser una cortedad de dos reales, ‘como por estar en aquel Paraje se los llevase, y haciendo la accion de tomar otros dos reales que era el resto de los quatro que le prestb el canchero al declarante, y tanto quanto este se agachb a tomarlos, y mientras los guardo en el bolsillo, le dijo Maciel que alli y donde quiera los llevaria, en cuias circunstancias ya este se havia retirado del Paraje donde tenian ambos el dinero, pero como tambien oyese una voz que salio dentro los mismos concurrentes y no puede decir qual de ellos fue el que se dejo decir: Guarda; Reselozo el declarante de esta prevension, miro de tras, y entonces advirtib que el citado Maciel se dirigia contra el declarante como que havia abansado la mayor distancia en que estaba, y viendo de que sacb su cuchillo el declarante que no lo tenia hecho a huir, hasta el fin de la cancha, pero como no fue facil seguir aquella huida porque se lo impedían los muchos caballos que estaban en la parte del Cabe, de la citada cancha, como tambien le siguiese Maciel (Fs. 3) con furia tras el declarante, se vio este en la precisa necesidad y urgencia de tomar como hizo una de las volas que estaban en la precitada cancha para reparar su vida que la vela en manifiesto riesgo para lo cual le amago a Maciel por tres ocasiones haver si intimidado le dejava pero aquel no disminuia en su empeño y tanto que a los amagos que le hacia el declarante, seguia acia este, cubriendose con el poncho que llevava en un brazo, de modo que viendole ya el declarante a Maciel 56