Página:Frontera, sociedad y justicia coloniales.djvu/69

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ESTUDIOS/INVESTIGACIONES supuso haverle entregado al confesante, y su Amo (Fs. 19) Don Miguel Armendia, persuadido de que esto fuese sierto, le mando prender con el Alcalde; (...) en la Zapateria de Juan Barboza, que la tiene en la primera cuadra de la Merced (Fs. 19 vta.) y como viese que el dicho Alcalde entro diciendo ahora lo veras picaro, y que al mismo tiempo le descargo un golpe con la Espada, que tenia en mano, hecho a correr con su cuchillito chico en la mano, con el que estaba trabajando (...). (Fs. 20 vta.) (Que) no se balio de semejante arma ni con ella hizo fente a los que le perseguian, ni tampoco hirio al Alcalde que comandaba aquella Partida, ni a soldado de ella, y que tal vez se hirieron unos entre otros porque no habiendolo hecho el confesante, pudo muy bien haver susedido con el motibo de que todos tiraron de sus Armasr Se le hase culpa y cargo con la respuesta que hacaba de dar pues no es persuasible que el confesante, viendose con arma en mano, dejase de husar de ella aun quando no lahubiese tomado con este fin (...) (Fs. 22) y asi como quiera que se mira esta combensido el confesante de haber sido el autor de aquellas heridas, y que ellas, se veriflcaron con el cuchillo que en este acto se le puso de manifiesto, dijo: Que es incierto todo el cargo, que se le hase, y tambien que el cuchillo de que husaba sea el que se le ha puesto de presente porque era otro muy diferente, mas chico, muy delgado y casi ynutil, como que solo era bueno para habrir endidas o enderezar puntadas: Instado a que diga la berdad y no la (Fs. 22 vta.) este ocultando porque de lo contrario se le castigara severamente y mas quando no es creible que el Alcalde fuese capaz de presentar un Arma que no fuese la misma de que se balio el confesante y con la que le lastimo en‘ el acto de su Pricion y este es otro atrevimiento que comvence a clara Luz los excesos del confesante, pues hasta en esta parte se ha prometido negar su criminalidad, y descargarla sobre el buen proceder de aquel Alcalde, que es tan notorio y constante como lo es tambien la mala conducta del confesante en las dos referidas causas que le han 63