simple medio debe ser considerarlo, en todas las acciones, como fin ensi. No puedo, pubs, disponer del hombre, en mi persona para mutilarle, estro pearle, matarle, . (Rrescindo aquí ale una determi nación más precisa de este principio, para evitar toda mala inteligencia, por ejemplo, la amputación de los miembros, para conservarme, on el peligro a que expongo mi vida, para conservarla, etc... Todo esto teneoе propiamente a la moral.) i Ish Segundo Por lo que se refiere al deber necessrio para con los demás, el que está meditando en hacer una promesa falsa comprenderá al punto que quiere usar de otro hombre como de vin sintple medio, sin que éste contenga al mismo tiempo el fin en sí. Pues el que yo quiero aprovechar para mis propósitos por esa promesa no puede convenir en el modo que tengo de tratarle y ser el fin de esa acción. Clarísimamente salta a la vista la contradicción, contra el principio de los otros hembres, cuando se eligon ejemplos de ataques a la libertad propiedad de los demás. Pues se ve al punto que el que lesiona los derechos de los hombres está decidido a usar la persona ajena cemo simple medio, sin tener en consideración que los demás, como seres racionales que son, deben ser estimados siempre al mismo tiempo como fines, es decir, sólo como tales seres que deben contener en sí el fin de la mismos acción (1) biy al ob all l dend alder on possan shoun up oglasa (1) No se piense que pueda servir en este de directiva o principio el trivial dicho: quod tibi non vis fiers (Lo que no quieras que te hagan...] Pues éste es derivado de aquél, aunque, con di-
