indican su contacto inmediato con la raza blanca.
La mujer ecuatoriana originaria del pueblo español participa de las mismas cualidades que ensalzan á las limeñas, chilenas ó bolivianas, difiriendo sólo en ciertos hábitos adquiridos bajo la influencia del clima y como resultado de la educación que recibe en su país.
Las ecuatorianas, en general, suelen estar dotadas de notoria belleza.
Las guayaquileñas, son graciosas, bien formadas y descuellan por su donaire.
Las quiteñas, llaman la atención por la correcta expresión de su rostro, talle elegante y noble porte.
Ensayemos el bosquejo de esos dos tipos que se destacan del cuadro que nos hemos propuesto exhibir á la pública curiosidad.
Se cree casi siempre, que, cuanto más cálido es el país, más negros son los cabellos de las mujeres, y que en las comarcas frías lo más común es que sean rubias.
Esta opinión no puede prevalecer en la República del Ecuador pues hay mujeres rubias en las regiones cálidas y las hay morenas en los lugares más elevados y sujetos á una temperatura excesivamente fría.
Rubias ó morenas suelen tener más ó menos gracia, y resaltan físicamente, por el brillo de