traerse alfaneque de الحنكى alhanequí, «niger» en Raimundo Martín. Pero en la duda, y no obstante proceder de Berbería esta suerte de ave de caza, pienso si el vocablo alfaneque será simple corrupción del latino falco, mediante la conversión de la l en n (cf. encina de elicina, fylomena, en el Canc. de Baena, de filomela, alfinete de الخالل aljilél, y v. Diez, Gram. des lang. roman., I, 189), movida por un fatha (a, e). En este supuesto, falco quedaría transformado en faneco, y con el art. ár. al, en alfaneco ó alfaneque, sustituida la terminación lat. por la fem. aráb. Téngase en cuenta, en abono de esta etimología, que los dialectos berberiscos están plagados de palabras de origen lat., cuya lengua, al decir del Idrisi, se conservó en algunas localidades africanas hasta bien entrada la edad media.
- Alfaneque
- cast., alfanegue gall. La tienda ó pabellón de campaña. Acad. Dozy trae esta voz de افراك afaráq ó افراق afarác (con ك ó ق de tres puntos, letras que tienen el sonido de nuestra sílaba ga). Aben Batuta (Viajes, II, 369, III, 44, 251 y 415) escribe el vocablo افراج afarách y Aben Jaldún (Prol. IL, 61) افراك afaráq, declárando que la última letra tiene un sónido intermedio entre el ك y el ق. La dificultad de esta etimología estriba en la transformación rarísima de la r por la n en medio de dicción. Aun en los idiomas neo-latinos son contados los casos de la permutación de la r por la n. Demás de esto, el vocablo afaráq, según Dozy, no significa tienda de campaña, sino «el recinto de estofa ó muralla de tela, según se lee en Aben Chobayr (The Travels, p. 177), que rodea la tienda (قبة) del sultan ó de otro personaje, dejándola en el centro y ofreciendo su conjunto el aspecto de una pequeña alcazaba de lienzo.» Ruy Gonzalez de Clavijo (Vida del Gran Tamorlán, fol. 50 v.) describe esta suerte de cerco que rodeaba, á modo de lienzos de muro, además de la tienda del Timur, todas las del campamento. Que el alfaneque, con efecto, comprendía no solo la tienda ó pabellón