el sueño; n·amún·, el pié; chawái, el aro; küdáu, el trabajo.
Mas si la palabra de más de una sílaba termina en vocal, se acentúa la penúltima sílaba; v. gr.: kúre, la esposa; ántü, el sol, el día; mawída, la montaña (bosque); kúra, la piedra.
1.°—Las disílabas acabadas en vocal, cuya primera sílaba tiene la media vocal «ə», son agudas; v. gr.: pəllí, el alma; pəl·ü, la mosca; pero «dəŋu, el asunto», es grave.
2.°—Las disílabas, cuya última sílaba tiene la media vocal «ə», tienen dos acentos (spondaeus); v. gr.: fótə̩m, el hijo; mámə̩ll, el palo.
3.°—Las sílabas terminales we, wi, wa no son acentuadas, tampoco la sílaba we en wedá, malo; v. gr: chállwa, el pez, kül·wi, poroto (pero «amúi, anduvo»).
4.°—La sílaba terminal «wen» tampoco lleva acento; dígase: «péñiwen, fótə̩mwen, káiñewen», dándoles el acento que les corresponde sin dicha sílaba terminal.
5.°—Los sustantivos compuestos de dos sustantivos llevan el acento donde corresponde al primer sustantivo, pero con más frecuencia se traslada á la sílaba terminal del primer sustantivo; v. gr.: fodùchallwa, la espina de pescado; kallékalle, cierta planta con flor blanca.
Reglas especiales sobre la acentuación del verbo.
1.°—Los verbos simples llevan en la primera persona de singular de cualquier tiempo y modo el acento sobre aquella sílaba á la que corresponde segun la regla principal, luego se dice: «akún, llegué; akulán, no llegué; akufún, (yo) había llegado; akulaián, no llegaré», porque terminan en consonante; mas en primera persona de condicional se dice: «akúli, si lego; akufúli, si llegase», porque termina en vocal. En la conjugación el acento permanece sobre la misma vocal que lo lleva en primera persona; por eso se dice: «akúimi, llegaste; akúiñ, llegamos; akuláiñ, no llegamos, etc.»