Los venenos pueden penetrar directamente á la sangre por heridas o erosiones en la piel ó en los órganos internos. Así, hemos visto que los venenos que segregan las víboras, penetra con sus mordeduras á la sangre (lámina 79), y se trata de interrumpir la circulación, mientras se hace sangrar la herida para que arrastre la ponzoña ó veneno, ó se administra un contraveneno, que sólo se sabe son eficaces hoy día los sueros especiales.
También toda herida sucia ó infectada, penetran gérmenes de la putrefacción, que no sólo retarda la cicatrización, como hemos visto en el capítulo III; sino que infecta al organismo con microbios ó lo envenena con ptomainas que producen aquéllos en la herida.
Es un envenenamiento producido por intermedio de la respiración, que puede ser producido por falta ó disminución de oxígeno, ó por gases impropios para la respiración, produciendo un verdadero envenenamiento, en sitios cerrados, confinados ó no renovados: como habitaciones, bodegas, pozos, sótanos, etc.; como también lo produce cualquier impedimiento para la respiración, que no permite la renovación continua del aire: como la sumersión, estrangulación, suspensión, ó sofocación mecánica, ó por el frío, calor ó electricidad.
Deben tener presente, que los legos en medicina no pueden saber si está muerta una persona, sino por la putrefacción; por eso, siempre debe hacerse, aun por horas, la tentativa de reanimar una persona asfixiada, cualquiera que fuese la causa que la hubiese producido.
Puede ser por falta ó disminución de oxígeno; más frecuentemente sobreviene á consecuencia de la inhalación de gases nocivos ó deletéreos.