ser súbitamente atacado de una pérdida del conocimiento y por la cuerda de señal se percibirá inmediatamente si el brazo que la tiene, cae, ó se mueve ó no voluntariamente; más necesario todavía, es en los casos en que las voces que llaman y las que responden, no pueden oir bien (lámina 97).
En el momento en que se manifieste un desfallecimiento en el salvador, es preciso subirlo sin tardanza. Cuando éste, ha llegado afortunadamente á su destino, tardará de tomar lo más rápidamente posible la persona desfallecida, la atará á la segunda cuerda que lleva en la mano y dará la señal para que suban rápidamente á él y á la persona salvada (lámina 97).
Cuando está restituída al aire libre, se busca inmediatamente el hacerla volver á la vida, por la respiración artificial, desprendiendo primero las ropas; por medio de aspergaciones frías, con un pañuelo mojado se azota la cara, y otros medios excitantes, descriptos al final del capítulo; á menos de que se encuentre ya un médico en el sitio; se facilitará el vómito y dará á respirar oxígeno si se tiene á mano.
Si se trata de un ahorcado (suspensión, estrangulación), se levanta un poco el cuerpo y se corta inmediatamente la cuerda que le suspende; al mismo tiempo, el brazo que queda libre, sostiene el cuerpo del desgraciado, á fin de que éste no se hiera al caer. Se procede en seguida, como con cualquier otro asfixiado.
También puede suceder que en una aglomeración de gente comprima el pecho de otro ó que sea apretado por algún objeto. En ese caso se procede á librar la persona de la compresión del gentío, del objeto caído ó sacar el corsé, la corbata, etc., que comprime el cuello, tórax y proceder á la respiración artificial. Luego, si le quedan signos de congestión cerebral, hay que proceder, como se aconseja en esos casos.