rio y del Infierno, puso en el teatro las almas indignadas de los difuntos, y re—sonaron en él sus gemidos tristes.
Juzgue el que tenga algun conocimiento del arte, si son estos los medios de que un Poëta dramático debe valerse para producir deleyte y enseñanza?
Las figuras del teatro no han de baxar del cielo, ni han de sacarse del abismo, ni han inventarse á placer por una fantasía destemplada y ardiente. Toda ficcion dramática inverisimil, es absurda: lo que no es creible, ni conmueve ni admira. Si es el teatro la escuela de las costumbres, si en él han de imitarse los vicios y virtudes para enseñanza nuestra, ¿á qué fin llenarle de espectros y fantasmas y entes quiméricos que nadie ha visto, ni puede concebir? Píntese al hombre en todos los estados y situaciones de la vida, háganse patentes los