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El canto de las sombras
TUMBA CHARRUA
Tiene el alma de mi patria la tristeza añoradora
de una estirpe que se agota, de una raza que se vá... La legión semidesnuda de la flecha voladora
que seguía a los venados y templaba el maracá.
En la gruta enmarañada que entreteje oscura flora, el cacique desterrado, piensa y mira a donde irá; y al sentirse tan lejano, en la noche asoladora vaga incierto en la creencia de que un día llegará.
Vénse aún tras los guayabos las ruinosas poblaciones, templos mudos y oratorios de jesuíticas misiones que llevaron el madero de la eruz al Uruguay;
y el charrúa que ha alcanzado a caer en sus terrones, por vez última recuerda el valor de los malones y se duerme para siempre junto al Cristo de urunday.
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