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El canto de las sombras
¿Qué sois entonces? Graves portadores de inauditos secretos, celebrando concilios en la esencia de algún dogma supremo?
Substanciais la penumbra de un pasado reflejo ? Vivís la luz de una impresión extinta, o el lloro acaso de apagados ecos?
Yo no sé; más ¿qué instinto nos acerca? ¡Oh dolores congénitos! ¡Qué sois sinó materia de mi espíritu, forma de mi tristeza y mi recuerdo!
¡Qué sois, sinó, la floración sombría de mi extraño deseo!... Arrancada a los túmulos del alma soy un ciprés que anima el pensamiento.
La torre humana, que en las horas frías anuncia un cementerio
de glorias mudas y esperanzas yertas, con la campana triste de sus versos.
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