El canto de las sombras
¡Ven entonces a ese bosque, yo te espero, mi gitana!
TI
Ven al borde de la fuente, que yo aguardo tu_llegada. Ven, estrella de mis noches, a las frondas solitarias... Yo te quiero dar un beso, ¡sólo un beso en la garganta! y quedarme con tu sombra cuando aclare la mañana.
úl IV
Pero urgido por las cuitas de mi alma, oh! mi bella fugitiva, yo he querido hallar tu asilo por el rastro de tu planta. Pero el viento había barrido las arenas de la playa...
v
Bueno; nunca iré en tu busca, mi gentil samaritana. Quedaré junto a la fuente respirando los perfumes orientales de tu gracia; e ignorando si es que vienes de una estirpe de palmeras o de un nicho de Samaria, con el oro de esas trenzas que imagino procreadas por el sol y por las auras.
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