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El canto de las sombras
¡Oh! si a venir llegaras! Si un día despertaras del sueño que te postra, y así, con esos velos surgieras del ramaje, del agua y de los cielos, poblando el infinito... Si un día percibiera mi vida lo inaudito; y el monje de las calmas uniendo nuestras almas leyera en el espacio sus místicos misales; si en noche no creada, mis santos esponsales tu estrella me anunciara; ¡qué hermosa te esperara allá, frente al santuario profundo de los mares, muriendo como un débil concierto de pinares!