ñia delos años mil y quinientos y nouenta y quatro y nouenta y cinco, como queda apuntado en el capitulo 5. de eſte libro fol. 336. y el catalogo delos varones inſignes dela prouincia del Perù al folio 15. 29. de Iulio de 1611. haze vna breue ſumma de ſu vida, y heroicos hechos. Otros diran lo que queda por dezir de eſte iluſtre, y religioſiſſimo varon.
Podemos poner en ſegundo lugar aſu compañero el Padre Luis de Valdiuia honrra de nueſtra Compañía en aquel Reyno de Chile como ſe ve por lo que queda referido en el libro 2. deſde el, primer capitulo haſta el ſexto, donde hauia prometido tratar en eſte lugar mas ala larga de eſte iluſtre varon, ſuponiẽdo, que llegarian a tiempo los apuntamientos, y relaciones, que eſperaua de ſus iluſtres hechos, y exemplos de virtud, otro los eſcreuira con mas acierto. Veaſe el Padre Philipe Alegambe en ſu fomoſa Biblioteca delos eſcritores dela Compañia al fol. 319. y el Padre Iuan Euſeuio Nierembeg arriba citado al fo. 759. los quales aunque en breue dizen mucho de eſte inſigne varon. Tengo por cierto que ay mucho mas, que dezir. Lo que yo puedo certificar es que fue vn hõbre delos mas inſignes, y ſeñalados, que ha hauido es aquellos Reynos delas Indias, y tan eſtimado, y de tanta autoridad para con todos los deſapaſſionados, que le venerauan como avn oraculo. tuuo gran talento en deſpejar conſciencias en marañadas, y facilitar el camino del cielo alos que eſtauan mas deſeſperados de alcançarle.
Succediole vna vez llegar a confeſſar avn enfermo, que eſtaua para morir, y por ſus grandes pecados tenia perdida la eſperança de ſaluarſe, veiaſe rodeado de rabioſos, e innumerables perros, que le amenazauan para hazerle pedaços, y llegando en eſta ocaſſion el padre Valdiuia començò a engrandecerle la miſericordia, y amor de nueſtro Señor para con los hombres, con tan gran feruor, y eſpiritu, que lo trocò, y le hizo ſentir mejor dela diuina bondad. con todo eſſo no acabaua el pobre enfermo de aſegurarſe, y preguntaua al padre. que es poſſible, que ſiendo tantos, y tan henormes mis pecados me perdonara Dios? reſpondiole el padre. Aunque ſean como ellos perros, que veis, y para ayuda de coſta yo os hago ceſſion de todas las buenas obras, que haſta oy he hecho en ſeruicio de nueſtro Señor. Fueron tan poderoſas eſtas palabras, que de hecho en lagrimas el deſeſperado pecador ſe convirtio en vn feruoroſo penitente, y llorando amargamente ſus culpas con manifieſtas ſeñales de verdadera penitencia, y de ſu predeſtinacion murio en los braços del padre dexandole ſummamente conſolado de hauer hechado aquella alma al cielo como ſe puede piadoſamente creer.
Eſtaua otra vez para morir en el Perù vn ſoldado viejo. ſin q̃ huuieſſe remedioa quererſe confeſſar, por mas que vnos, y otros ſe lo perſuadian. Dieron quenta de eſto al padre Luis de Valdiuia, y con ſu ſanto zelo fue volando a el para ganar ſu alma para Dios. Y fue aſſi, porque diziendo al enfermo, q̃ el padre Valdiuia le venia a viſitar, reſpondio, diziendo. Que Valdiuia? es el de Chile? y diziendole que ſi: replicò ſi es el de Chile, entre, que juroa tal, que no tenia intento de confeſſarme, pero pues Dios ha traido a eſſe hombre aqui, es ſeñal, que me quiere ſaluar. Parece, que era eſte el medio vltimo, que Dios hauia eſcogido para ſu ſaluacion, porque entrando el padre, ſe hallo aquel hombre trocado de fiera en manſo cordero, y hauiendo muchos años, que callaua pecados horrendos contra naturaleza, deſcubrio al padre enteramente toda ſu conſciencia, y con grandes mueſtras de verdadera penitencia ſe confeſſo, y murio luego. Contome eſtos dos caſos el meſmo padre, dos, o tres meſes antes de morir, vendo yo auerle a Valladolid donde le halle hecho vn retrato de paciẽcia, por eſtar ya tan impedido de pies, y manos, que no podia por ſi ſolo exercer caſi ninguna accion humana, y aſſi eſtaua todo el dia clauado en vna ſilla paſſando la vida, o en oracion oleyendo aratos en libros eſpirituales, y eſto ſin antojos, que es coſa ſingular por ſer, ya tan viejo, y eſtar ya tan conſumido, y gaſtado con tantos trabajos.