cer al mundo los heroicos hechos de eſte iluſtre varon, que tanto lugar ſe hizo donde quiera, que puſo el pie, y con todos los que comunico, aſſi en Europa como en las Indias, y con todas ſuertes de perſonas, Señores, Principes, Cardenales, y Monarcas, ſin que eſto le embaraçaſſe a ygualarſe con los menores, y mas deſpreciados del mundo. Con vn pobre negro, y vn miſerable Indio ſe eſtaua muchas horas catequizandole, y no hauia para el gloria como andarſe a caza de eſtos pobrecitos para encaminarlos al cielo, loqual hazia immediatamente por ſi quando no era ſuperior, y quando lo era, por ſi, y por ſus fubditos, encendiendo en todos el zelo delas almas. El fue el que en la Prouincia del Paraguay començò los rebaptiſmos delos negros como queda apuntado en ſu lugar, y el que con tan grande zelo entablò, y fomento las miſſiones delos Indios en aquella Prouincia, y en el Reyno de Chile, de que aſſi meſmo queda apuntado algo en ſu lugar; no podre ſalir con facilidad,ſi me empeño vna vez en eſta materia, y aſſi la dexo aquien la tratarà con mas acierto, mayor guſto del piadoſo letor. y
Dos coſas ſolas no puedo dexar de tocar, aunque ſea de paſſo, que ami ver fo bre ſalieron mas en eſte gran varon. La primera es elmas viuo deſſeo, que puedo dezir he conocido jamas en hombre ninguno de padecer trabajos por amor de Dios. no hauia para el bocado mas dulce, que el que venia mas penetrado y lleno del amargor dela Cruz. Hachadme acaſſe oy dezir muchas veces quando nuestro Señor le cargaua la mano, y le daua en que merecer) eſſas roſas, dadme aca eſſas perlas, y precioſas joyas; y es aſſi que no ſe que el mas avaro y codicioſo mercader buſcaſſe, las que tanto ſe aprecian en este mundo con mas anfias, y eſtima, que la que el padre tenia de eſtos celeſtiales theſoros. Hablaua vn dia de eſta materia con tan gran feruor, y eſpiritu,, que encendio alos que eſtauamos preſentes en el deſſeo de padecer de manera, que todos ofrecieron deſde aquel punto, no ſolamente lleuar en paciencia jas mortificaciones, y trabajos, que Dios les imbiaſſe, ſino pedir afa diuina Mageſtad todos los dias por interceſſion dela Virgen ſantiſſima los continuaſſe, y aúmentaſſe como theſoro de tanta eſtima y fue el concierto, que todos para vno, ý vno para todos pidieſſe a nueſtro Señor eſte ſingular fauor, el qual experimentò el buen padre haſta la muerte con largamane particularmente los vltimos años de ſu vida, en que padecio mucho. Lafecunda coſa, que no puedo callar es el ſingular talento, y gracia que Dios le dio de hablar de nueſtro Señor, y eſto tan ſin moleſtiani enfado delos que les oyan, que no hauia recreacion mas ale gre, y guſtoſa, que la ſuya. Sobre ſalio mucho eſte talento entre las demas virtudes, o por mejor dezir, fue vna gran ſeñal, y teſtimonio de todas ellas. era comun voz entre los nueſtros, que ſalia vno defſco mas encendido en amor de Dios, y dela perfeccion de vna quiete, y recreacion, en que ſe hallaſſe el padre Diego de Torres, que dela meſma oracion; y con raçon, porque verdaderamente parece, que pegaua fuego con ſus palabras, lo qual fue notorio no ſolo alos nueſtros, ſino tambien alos de fuera: y no me marauillo, porque fuera del talento, y gracia, que Dios le dio en eſto, era tanta, y tan feruoroſa la oracion, que tenia, que fuera del tiempo de ſu retiro (que el que yo le conoci era caſi toda la mañana haſta la ſegunda mefa, y otro buen pedaço ala tarde) todo el dia no parece que hazia otra coſa, que oracion, y aſſi no es marauilla, que brotaſſe continuamente fuego por la boca aquel bolcan, que ardia en ſu pecho. Bien ſe que los, que le conocieron menotaran en eſto antes de corto, que de largo Cuento a eſte iluſtre varon entre los otros de nueſtra Compañia, que honraron el Reyno de Chile, no porque perteneſca a el ſolamente, ſino por hauer ſido el primer prouincial, que fundò aquella Prouincia quando era vna con la del Paraguay, y por hauer tenido tan grande parte en la fundacion delas Refidencias, y miſſiones que fundò el Padre Luis de Val diuia en aquel Reyno, como lo vimos en el libro 7.tratando de eſta materia, eſtePágina:Histórica relación del Reyno de Chile.djvu/504
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