madurar, y es tal la calidad de eſte archipielago, que llueue caſi todo el año, con que ſolo pueden llegar a colmo la ceuada, el maiz y las avas por ſer generos, que para llegar aſaçon, no han meneſter tanto calor; el ſuſtento delos naturales, es de Papas (que ſon vnas raizes de mucha ſuſtantia, muy comunes en todas las Indias, y alli ſe dan con mas abundancia, y maiores, que en otras partes) y el Maiz, el peſcado, y mariſco del mar, que ay mucho, y muy bueno ay en eſte archipielago pocos carneros pero para en cuenta ay muchas, y muy buenas Gallinas, y tãbien ay Puercos, y Bacas, con lo qual, y con traer lodemas, que falta, de Santiago. y dela Concepcion, paſſan bien los Eſpañoles, aſſi delos preſidios como dela ciudad de Caſtro, que eſta fundada en la Ysla principal, en la qual, y en las demas ſe coge miel, y cera, y dize Herrera, y otros hiſtoriadores, que ay minas de oro en la playa, que es coſa que notan por muy ſingular, y nunca viſta.
Las granjerias mas grueſſas de eſtas yslas de Chiloe ſon los obrajes, donde ſe haze la ropa, que viſten los Indios, que ſon el Macuñ, a manera de almilla ſin mangas, porque vſan traer todo el braço deſcubierto, y el Choñi, que es lo que les ſirue de capa, y es ala manera dela que pintan alos Apoſtoles; La otra grangeria es de tablaçon, particularmente dela madera, que llaman alerce, de que ay boſques inmenſos, y ſon los arboles tan grueſſos, y crecidos, que admira. Fray Gregorio de Leon dela orden del Serafico P. ſan Franciſco en el mapa de Chile, que dedicò al Preſidente D. Luis Fernandez de Cordoua ſeñor del Carpio, dize que ay arbol de eſtos tan grueſſo, que a penas podran rodear ſu tronco dos ſogas, que llaman ſobre cargas, y cada vna tiene ſeis braças, y que de ſus ramas ſacan ſeiſcientas tablas, las quales ſon de veinte pies de largo, y media bara de ancho. Y lo que mas ay que ponderar en eſto, es, que eſtas tablas no ſe hazen con ſierras, ſino con hachas, y cuñas, con que ſe deſperdicia, y ſe va en aſtillas otro tanto de madera, es digno de credito eſte antor, aſſi por ſer perſona grave, y definidor de ſu religion, como por la experiencia de quarenta y dos años que dize vivio en Chile, y viene bien con eſto lo que yo oì contar a vn maeſſe decampo, que nacio, y ſe crio en eſta Prouincia, y es, que ſi dos hombres a cauallo ſe pon dela vna, y otra vanda de vno de eſtos arboles tendido, y atraueſado en el ſuelo no ſe alcançan a ver el vno al otro, porq̃ lo grueſſo de ſu gran cuerpo los ſobrepuja. eſtas tablas, y ropa nauegan alos puertos, y ciudades de Chile, y del Perù, de donde les traen en retorno lo que les falta para el ſuſtento dela vida humana, Las Ystas delos Chonos ſon aun mas pobres, que eſtas porque por eſtar mas al polo, debe de ſer mas corto ſu verano, y mas frequentes las aguas, que por ſer tan ſobradas eſterilizan la tierra.
Fuera de eſtas Yslas de Chiloe tenemos poca noticia generalmente de todas las de mas, porque como la tierra firme es tanta, y aun no eſta toda poblada, no ha hauido lugar de poblar, ſino vna, o otra, y aſſi ſe ſabe muy poco de ſus particulares propriedades, ſi bien ſupongo tendran las meſmas, con poca differencia delas tierras, aquien correſponden, por eſtar vezinas a ellas. Delas de Iuan Fernandez dire lo que hallo eſcrito en los ya citados Theodoro, y Iuan de Bly en la relacion, que hazen del viaje de Guillermo Sceuten, dizen pues, que eſtas dos Yslas, ſe ven en vn lugar, y ſitio bien alto. La menor, que es la Occidental, les parecio eſteril, ſegun la vieron cubierta de aſperos montes, y cerros, aunque como no ſaltaron en ella, no pudieron hazer juizio de ſus dentros. La mayor, que es la Oriental dizen que tambien es montuoſa, pero llena de varios generos de arboles, y feraciſſima de yeruas, con que ſuſtenta gran ſuma de Puercos, Cabras, y otros animales, que ſe han ido multiplicando de vnos pocos, q̃ quedaron alli del tiempo de dicho Iuan Fernandez ſu dueño, que començo a cultiuarlas, pero faltando eſte, como los Eſpañoles hallauan en la tierra firme con ventajas, y maior comodidad de comercio todo lo que en eſtas Yslas; las fueron deſamparando, y delos ganados, que hauian començado a