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Página:Histórica relación del Reyno de Chile.djvu/92

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DEL REYNO DE CHILE.

xena, que ſon los puertos, por donde ſe comercia de vn mar con el otro.

Sin embargo de todos eſtos tan manifieſtos daños, ſe continua eſta carrera por mantener las ciudades fundadas en eſtos puertos, y coſtas, ſiendo aſſi, que con vna ſola armada en mucho menos tiempo, y con menos gaſto, ſe pudiera conſeguir el meſmo efecto de lleuar las plata a Eſpaña, y aun con mas ſeguirdad del mar, porque por aquel rumbo lleuaran ſiempre los galeones buen fondo, ſin el temor, que lleuan por eſſotro del Cartaxena ala Hauana, donde en muchos dias no ſe puede dar paſſo ſin la ſonda en la mano, midiendo abraças el que demandan las naues para no barar en tos baxos como ay en aquel mar, y en la canal de Bahama, que eſta mas adelante, y ſobre todo no correrian tanto peligro las vidas delos ſoldados, y paſſajeros, porque en Buenos ayres prueban muy bien los Eſpañoles, por eſtar ya en la zona templatada, que correſponde ala de Europa.

Por eſta meſma cauſa no ſe practica la nauegacion a Philipinas por Chile, ſin embargo de eſtar tan bien a todos como diximos arriba, porque entablandoſe vna vez el curſo delas coſas por vn camino, difficultoſo dexarlo por otro, aunque ſea mexor. no proſigo con eſte discurſo porque toca ya en la raçon de eſtado, y gouierno, que no haze ami intento. podra ſer, que el tiempo lo acomode todo, y que los meſmos de Chile por dar ſalida a ſus frutos, ſe alienten a emprender eſtev viaje; que todo ſeria començar, porque los vtiles de la vna, y otra parte, ſon tales, que començados a probar allanaran el camino de manera, que haziendoſe mas familiar aquel comercio, creſca la riqueza de aquellos Reynos, haſta hazerſe muy poderoſos, porque lleuando de Chile los frutos que faltan en Philipinas, podran retornar en cambio a Mexico, al Perù, y al meſmo Chile, los dela China, y Iapon, con que ſin ſacar ninguna plata, ni oro de Chile, ni del Perù, ſino reſeruandola toda para Eſpaña, con los frutos de la vna, y otra parte, ſe peude tratar el comercio de manera, que en pocos años fe conoſca la mexora de aquel nueuo mundo, con que creciendo ſu riqueza, ſe aumentarà la del Rey, y ſeran maiores los embios de plata en los galeones, y acomodado, y las coſas del ſeruicio de Dios, y del diuino culto mas adelantadas.

CAPITVLO V.
Delas armadas, que ſe han perdido y otras que han paſſado por el estrecho de Magallanes.

E

Ntre las armadas, que ſe han perdido en el eſtrecho de Magallanes fue vna de las quatro naues, que deſpachò el obiſpo de Placencia para las Malucas, las quales hauiendo llegado con buen tiempo al eſtrecho, hallandoſe dentro de el veinte leguas, ſe leuanto por la proa vn poniente ta fiero que no hallando modo de voluer atras, ni tener por donde corer, dieron las tres de ellas en tierra, y ſe perdieron. pero no la gente, que eſta se ſaluo. La quarta naue tuuo mexor ſuerte, porque corriendo fortuna pudo desẽbocar otra vez al mar de el Norte, y ſoſegada la tempeſtad, voluiendo ſegunda vez a embeſtir al eſtrecho, llegò al paraje, donde ſe hauian perdido las compañeras, y en aquellas riueras hallò la gente, que ſe hauia ſaluado, en tierra, los quales viendo la naue, començaron a hazer las ſeñas, y gritar alos que iuan dentro, pidiendoles que los reciuieſſen dentro, pero ellos atraueſados los coraçones de dolor, por no poder ſocorrer a ſus compañeros, y amigos, reſpondieron. Que quereis, que hagamos? que no es puſſible daros la mano ni ſocorreros, porque los baſtimentos, que nos han quedado, ſon tan pocos, que podemos temer, ne forte non ſufficiant nobis, & vobis, y aſſi pereſcamos todos; no pudieron añadirles la ſegundas palabras del evangelio, ite ad vendentes, por hallarſe en aquellos deſiertos, donde no los hauia, ni otro recurſo, que embiar ayes, y ſuſpiros al cielo, acompañados de inconſolables lagrimas, y clamores, que baſtaran a mouer las duras piedras, y ſin
poder