lo mismo que nosotros dirémos, y será mejor que se sepa por las propias palabras que los Incas lo cuentan que no por las de otros autores estraños. Es asi que residiendo mi madre en el Coxco su pátria, venian á visitarla casi cada semana los pocos parientes y parientas que de las crueldades y tiranías de Atagualpa (como en su vida contarémos) escaparon; en las quales visitas siempre sus mas ordinarias pláticas eran tratar del origen de sus Reyes, de la magestad de ellos, de la grandeza de su Imperio, de sus conquistas y hazañas, del gobierno que en paz y en guerra tenían, de las leyes que tan en provecho y favor de sus vasallos ordenaban. En suma, no dexaban cosa de las prósperas que entre ellos hubiese acaecido que no la traxesen á cuenta.
De las grandezas y prosperidades