ponerse en la figura y hábito que trajo, particularmente las orejas tan grandes como los Incas las traian, que cierto eran increibles á quien no las hubiera visto como yo, y al que las viera ahora, si las usan, se le hará estraño imaginar cómo pudieron agrandarlas tanto. Y cómo con los beneficios y honras que á sus vasallos hizo, confirmase la fábula de su genealogía, creyeron firmemente los Indios que era hijo del sol venido del clelo y lo adoraron por tal, como hicieron los gentiles antiguos con ser menos brutos, á otros que les hicieron semejantes beneficios; porque es así que aquella gente á ninguna cosa atiende tanto como á mirar si lo que hacen los maestros conforma con lo que les dicen; y hallando conformidad en la vida y en la doctrina, no han menester argumentos para convencerlos á lo que
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