ejércitos en forma y tomar cautivos, como las que los mexicas obligaban a dar a los tlaxcaltecas.
Las armas, como ya se apuntó, no reflejan el avance científico que alcanzaron los Viejos Abuelos en otros campos del conocimiento. Lo que implica su desinterés histórico y cultural por la guerra. Un bastón con incrustaciones de pedazos de filosos cristales de obsidiana, lanzas con puntas de obsidiana, bastones con pesadas piedras en una punta a manera de mazos, y arco y flecha, fueron las armas ofensivas. Las armas defensivas fueron un escudo hecho con armazón de madera recubierto de piel y plumas, trajes hechos con manta reforzada y en algunos casos de caparachos y huesos de animales o pedazos de piel cocida a la manta. Lo que demuestra que la guerra fue para la civilización del Anáhuac algo muy diferente que para los europeos, chinos, indios, egipcios y mesopotámicos. Este punto no ha sido analizado con mayor profundidad por los investigadores, ya que desde los tiempos de Colón y Cortés, esta característica de las culturas invadidas fue tomada como una deficiencia y una falta de “capacidad civilizatoria”.
La organización de los pochtecas y sus famosos “tamemes” o cargadores, así como el sistema de mercados o tianguis, fue usado por los españoles durante los tres siglos de Colonia, dos de “independencia” y de alguna manera sobreviven hasta nuestros días. No sólo en las comunidades indígenas y campesinas, sino en las grandes ciudades con los “tianguis urbanos” y los vendedores ambulantes.
El Rostro Mexica.
Se ha escrito mucho sobre los mexicas. Desde las llamadas “fuentes” y posteriormente los criollos que han tratado de dar validez a su proyecto de “país neo colonial”, en un remoto y nebuloso origen indígena. Los criollos manejaron la imagen de los mexicas, igual que los europeos han manejado la imagen de los griegos y los romanos, como sus más remotos y gloriosos antepasados. 173