“México ingresa a la vida independiente con una población de poco más de seis millones, de los cuales el 60% eran calificados como indios y sólo un millón de criollos y peninsulares.
Fue la minoría criolla la que tomó en sus manos las riendas del gobierno y pretendió definir un proyecto de país.
Para los criollos, la nación estaba inicialmente constituida sólo por ellos mismos, es decir, por la sexta parte de la población total. La inmensa mayoría no era parte de la nación: era, simplemente, un problema, su mayor problema.” (Guillermo Bonfil Batalla. 1987)
En el siglo XIX, no se desmantelaron las estructuras coloniales de explotación, sólo se adaptaron a las nuevas circunstancias y en esta estructura, la civilización anahuaca tampoco tuvo un espacio. Las ideas de -igualdad, fraternidad y libertad-, eran sólo patrimonio de los criollos y nunca se pensó en extenderlas a los mestizos, indígenas y negros, y mucho menos permitir que ellos propusieran cambios. Los indígenas y los campesinos, fueron los que nuevamente se sacrificaron para modernizar la estructura colonial. Los intereses de Francia, Inglaterra y Alemania, alentarán las iniciativas de los criollos.
“En treinta años de vida independiente, México no había tenido paz, ni desarrollo económico, ni concordia social, ni estabilidad política.
Entre 1821 y 1850 reinó la inquietud en todos los órdenes. En treinta años hubo cincuenta gobiernos, casi todos producto del cuartelazo; once de ellos presididos por el general Santa Anna. La vida del país estuvo a merced de divididas logias masónicas, militares ambiciosos, intrépidos bandoleros e indios relámpago. Los generales producían guerritas a granel para derrocar presidentes y gobernadores... La norma fue la pobreza y el aislamiento en todos los sectores de la actividad humana, sin embargo, los contactos con el exterior fueron mayores que en la colonia. A México, río revuelto, vinieron a pescar sastres, mercaderes, zapateros y boticarios de Francia, comerciantes de Alemania, hombres de negocios de Inglaterra.” (Luis González. 1973.)
El México del siglo XIX, había sido concebido por un puñado de criollos nacionalistas que se inspiraban en modelos extranjeros, sea el estadounidenses o el europeo. Pero la civilización milenaria y sus
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