Puse al principio de la Historia su introducción ó proemio, como lo estilaron los Antiguos, donde tuvieron su lugar los motivos que me obligaron á escribirla, para defenderla de algunas equivocaciones que padeció en sus primeras noticias esta empresa: tratada en la verdad con poca reflexîon de nuestros Historiadores, y perseguida siempre de los extrangeros, que no pueden sufrir la gloria de nuestra Nación, ni acaban de conocer lo que obran contra sí en estas cavilaciones; pues descubren la flaqueza de su emulación, y ordinariamente queda mejor el envidiado.
Es la Conquista de Nueva España uno de los mayores argumentos que celebra el mundo en sus Anales; pero esta grandeza pedia igual Historiador, y me desalienta hoy, poniéndome á la vista los peligros de mi pluma. Contentaréme con que no pierdan lo admirable y lo heróyco los sucesos que refiero: y en lo demás dexo toda su libertad á la censura; pues me hallo en edad que pudiera