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Página:Historia de las Indias (Tomo II).djvu/175

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de las Indias.

cual, en el cap. 82, se hizo mencion. Así como el D. Bartolomé supo la venida de las carabelas, fué grande el consuelo que recibió él y los que con él estaban, y determinó de partirse para Sancto Domingo á poner recaudo en ellas y en lo que en ellas venia, y para saber nuevas del Almirante y recibir las cartas del Rey é lo que más convenia; súpolo tambien Francisco Roldan, y juntó la gente toda de sus alzados y rebeldes, que le seguian, y acuerda de ir tambien á Sancto Domingo para saber qué nuevas venian del Almirante y de Castilla, y qué gente de nuevo, y así proveer lo que le cumplia. Detúvose cinco ó seis leguas de la villa, porque no osó llegar allá, temiendo que contra D. Bartolomé no prevalesceria, por la gente que allí habia y la que en las carabelas venia. Rescibidas las cartas del Almirante, y visto el favor que los Reyes le habian dado, y mercedes de nuevo á él hechas, que abajo diremos, y entre ellas fué una, que instituian al dicho don Bartolomé por Adelantado de todas estas Indias, y como á mucha priesa el Almirante entendia en se despachar con otros seis navíos; rescibió el Adelantado, D. Bartolomé, ya constituido Adelantado, grandísimo favor y alegría, y los que le seguian, como si resucitaran de muerte á vida; y, porque el Almirante hallase la tierra sin los alborotos, confusion y daños en que estaba, como ya le esperase cada dia, y venido pudiese descansar de sus tan prolijos trabajos algo, con alegría, envió al dicho Capitan de las dichas carabelas y Alguacil mayor desta isla, Pero Hernandez Coronel, porque era hombre prudente y de auctoridad, y con él algunos otros que lo acompañasen, á que hablase á Francisco Roldan y á los demas que le seguian, sobre que se redujesen á la obediencia y so la gobernacion del dicho D. Bartolomé, que ya le podemos llamar el Adelantado, y para ello les diese seguro y prometiese perdon de la desobediencia y escándalos y daños pasados, y los que sustentaban de presente. Llegado á ellos, queriéndoles hablar, dijeron los principales, temiendo que la gente comun no se persuadiese oyéndolo, que se apartase y no hablase sino con quien habia de hablar, y se probó que habian