res, sus hijos, sus deudos, sus vasallos, y de todo cuánto poseian ser privados? A mí áun no han llegado, pero, ¿qué puedo yo esperar de mí y de mi casa, y de todo lo que poseo, sino ser corrido, y perseguido, y muerto, y de todo mi ser y haber despojado, de la manera que á vosotros éstos os han tratado? Probemos, pues, nuestras fuerzas, y hagamos lo que pudiéremos, especialmente comencemos por aquellos que á tí, Abenamachéi, cortaron el brazo, y de tu casa desterraron quedándose ellos en ella, y demos en ellos, que son pocos, ántes que otros se junten con ellos, porque, aquellos muertos, los demas ó se irán ó temerán de nos hacer más daños, y si los quisieren acrecentar ternemos aquellos ménos contra quien hobiéremos de tener pelea.» Pareció buen consejo á todos; determinan el cuando, y juntan obra de 500 ó 600 hombres, desnudos, con sus armas cuasi de niños, y así les sucedió como á desarmados y desnudos, porque acaeció que la noche ántes, por ventura, que diesen en los del rio Negro, llegaron allí 30 españoles que habia enviado Vasco Nuñez delante; el dia, pues, que determinaron, en esclareciendo, con una terrible grita, la cual, cierto, siempre fué más dura y temerosa de oir que sus armas, dieron en ellos, no sabiendo nada de los 30 que habian llegado. Hiciéronles de aquel ímpetu poco daño, y los españoles, que no suelen estar, andando en estas romerías, muy descuidados, levántanse y dan en ellos, y á saetadas, con algunas ballestas que tenian, y lanzas, y á priesa llegandóseles con las espadas, hicieron en la triste gente, desnuda, tal estrago, que de hechos pedazos y presos, si no fueron los señores, muy pocos escaparon, y así enviaron al Darien todos los que habian tomado á vida, por esclavos, los cuales ocupaban en hacer labranzas y llevar cargas cuando salian fuera los españoles, y en remar en las canoas y en todos los otros trabajos; algo se satisficieron los que quedaron vivos y no captivos deste rompimiento, pero ningun remedio tuvieron los captivos, y mucho ménos los muertos, pues sin fe y sacramento se fueron al infierno. Habida esta victoria, los españoles que estaban con Rodrigo de Colmenares, y juntado con ellos Vasco Nuñez, acor
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