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de las Indias.

camisa de lienzo que no tuvo en poco el bueno del señor Comogre. Despues de haber algunos dias reposado y recobradas algunas fuerzas los que más presto se restauraron, y él libre de las calenturas, acordó partirse para el Darien con hartas cargas de oro, que bien creo que pasarian de 30 y 40.000 castellanos, los cuales, por entónces, valian y eran más que hoy 300.000; la infinidad de lo que de sí despues dió el Perú, fué la causa. Dejó mucho encargado á Comogre, mandase siempre coger á su gente oro y se lo enviase, porque ésta era dél y de todos los que en aquella cofradía andaban toda su ansia; llegando á la poblacion del cacique ó señor Ponca, de quien arriba en el cap. 46 hicimos mencion, halló cuatro españoles que salieron del Darien en su busca, para le avisar como eran venidos dos navíos, con mucho bastimento, de la isla Española; lo cual oido y habida grande alegría, tomó 20 hombres, de los más sanos y mejores peones, y váse al Darien de presto, y dejó los demas que se fuesen poco á poco. Llegó al Darien á 19 de Enero, entrante el año de 1514, de donde habia salido primero dia de Setiembre del año pasado de 1513; saliéronlo á rescibir todos los españoles del Darien, con solemnísima fiesta, pero desque supieron que habia descubierto la mar del Sur, y las perlas, y traia tanta carga de oro, y tan ricas perlas, no se podria encarecer la excesiva alegría que todos rescibieron, estimando ser cada uno dellos, de todos los hombres del mundo, el más felice, los desventurados no conociendo el estado en que andaban, infamando y haciendo heder por todas aquellas gentes el nombre de Cristo, turbando, y afligiendo y echando al infierno tantas dellas, haciendo esclavos los libres, usurpándolos y robándolos sus naturales señoríos y todo cuanto tenian; no advertian tampoco la obligacion en que todos quedaban, in solidum, de restituir tanta cantidad de oro como robaban, y los daños que por todo aquello hacian, restitucion no ménos que infinita, y al cabo no vieron ni gozaron lo que tanto desearon, porque cuasi todos los que allí entónces estaban en breve murieron ántes, y hobieron mala fin. Repartió Vasco Nuñez todo el oro