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Historia

en esta isla Española decir y experimentado, que los religiosos de Sancto Domingo predicaban, que no se podian tener con buena conciencia los indios, y que no querian confesar ó absolver á los que los tenian, lo cual el dicho Clérigo no aceptaba; y queriéndose una vez con un religioso de la dicha Órden, que halló en cierto lugar, confesar, teniendo el Clérigo en esta isla Española indios, con el mismo descuido y ceguedad que en la de Cuba, no quiso el religioso confesalle, y pidiéndole razon por qué, y dándosela, se la refutó el Clérigo con frívolos argumentos y vanas soluciones, aunque con alguna apariencia, en tanto que el religioso le dijo: «Concluí, padre, con que la verdad tuvo siempre muchos contrarios y la mentira muchas ayudas.» El Clérigo luégo se le rindió, cuanto á la reverencia y honor que se le debia, porque era el religioso veneranda persona y bien docto, harto más que el padre Clérigo, pero cuanto á dejar los indios no curó de su opinion. Así que, valióle mucho acordarse de aquella su disputa y áun confusion que tuvo con el religioso, para venir á mejor considerar la ignorancia y peligro en que andaba, teniendo los indios como los otros, y confesando sin escrúpulo á los que los tenian y pretendian tener, aunque le duró ésto poco; pero habia muchos confesado en esta isla Española que estaban en aquella damnacion. Pasados, pues, algunos dias en aquesta consideracion, y cada dia más y más certificándose, por lo que leia cuanto al derecho y vía del hecho, aplicando lo uno á lo otro determinó en sí mismo, convencido de la misma verdad, ser injusto y tiránico todo cuanto cerca de los indios en estas Indias se cometia. En confirmacion de lo cual, todo cuanto leia hallaba favorable, y solia decir é afirmar, que, desde la primera hora que comenzó á desechar las tinieblas de aquella ignorancia, nunca leyó en libro de latin ó de romance, que fueron, en cuarenta y cuatro años, infinitos, en que no hallase ó razon ó autoridad para probar y corroborar la justicia de aquestas indianas gentes, y para condenacion de las injusticias que se les han hecho, y males y daños. Finalmente, se determinó de predicallo; y porque, teniendo él los indios que tenia, tenia