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Habana el año de 1831, ya tarde arrepentido. Pero ¡ay! ¡Cuántos comerciantes y españoles hay en la Habana que han hecho allí lo que el tonto navarro en Veracruz, y tambien lo lloran, aunque ya tarde !

Respecto al aumento de la francniasonería en Méjico por O'Donojú y los liberales españoles, añade el mismo (tomo II, pág. 98): «La ida de O'Donojú á Méjico había dado grande impulso a la francmasonería: las personas que habían ido con él desde España se incorporaron á las lógias existentes, y formaron otras nuevas, todas bajo el rito escocés. De estas últimas fue la de El Sol, de que dependia el periódico á que se dió el mismo nombre, redactado por D. Manuel Codorniu, médico, que fué con O'Donojú. Su objeto era sostener el plan de Iguala, propagando los principios liberales establecidos en España, excluyendo al clero de toda intervencion en la instruccion de la juventud. que es la base de la guerra al Catolicismo y fomentar las escuelas lancasterianas. Se estableció tambien una de éstas en Méjico, llamada de El Sol, en el convento en que los belemitas habian tenido su escuela pública.»

No son ménos curiosas las noticias del Sr. Groot sobre la introduccion de la masonería en Nueva Granada. El autor hace datar las lógias del año 1820, pero reconociendo que ya existian antes de la venida de los expedicionarios, aunque de una manera silenciosa y vergonzante (tomo III, página 99). La gran propaganda, y con carácter oficial, principió en 1820, y bajo la proteccion del gobierno y del general Santander. En la Gaceta del dia 2 de Enero se leía: «Aviso al público.—Una sociedad amante de la ilustracion, protegida por el señor general Santander, ofrece al público dar lecciones para aprender á traducir y hablar los idiomas francés é inglés. El. Sr. Francisco Urquinaona y el teniente coronel Benjamin Enriques (1) serán los preceptores. Los lunes y juéves de cada semana, de las seis á las ocho de la noche, darán lecciones en la casa en que habitaba el señor Lastra.»

La tal escuela, como otras por el estilo, no era más que un pretexto para encubrir las reuniones masónicas y catequizar á los jovenes incautos. La puerta del templo estaba cerrada durante las lecciones. Terminadas éstas, y despedidos los profanos, se abria aquella y se constituía la lógia (tomo III, pág. 58).

A pesar de las anecdotillas masónicas acerca de la fraternidad y de los socorros mutuos, los masones americanos y el francmason Santander fusilaban muy santamente á los

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(1) Por supuesto que el Sr. Benjamin era judio. El otro, D. Paco, era tío del Sr. Groot.