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»Siguieron desde luego la máxima pública de disimular y confirmar al pueblo en su quietud por medio de un generoso indulto, precedido de las representaciones humildes de la nobleza y gremios de Madrid, y del universal cumplimiento que se le hizo á S. M. en Aranjuez por todos los Prelados, cuerpos y comunidades del reino ; declarándose, a consulta de todo el Consejo Real, que los autores del motín habian sitio pocos, despreciables hombres de la plebe. Pero entre tanto, el minador, aplicado ya al ántes inexpugnable muro de la Compañía, trabajaba secretamente.

»Podía subsistir el temor de una contra-mina, viviendo la Reina: pero era más natural su dolorosa pérdida, que lloramos poco despues, y fue ésta una infausta resulta de la precipitada marcha para Aranjuez, y debió ser un reato atroz contra los autores del consejo (I). Tomó S. M. la resolución de nombrar un presidente de Castilla, que uniese en sí la fuerza militar con la política, pues una y otra era ocasion de desplegarse extraordinariamente, y eligió para tan superior encargo al conde de A randa, hombre á propósito para emprender y ejecutar. Fué esta eleccion un repentino nublado para el de Alba, su rival, y le fue preciso recurrir á los eficaces exorcismos del Padre confesor, y ahogar, por su parte, los ímpetus de la emulacion. Esto le es fácil á su excelencia, por lo mismo que goza un espíritu exterminador (2), y al Confesor fué fácil atar corto al conde para con el Rey, y así se vió que el conde, trasportado de gozo de que le diesen ocasion de ser violento, sólo pensó en serlo, y dirigirlo al mérito con que llegar á un favor despótico (3).

»Siguió el minador sus labores, por lo cual se encargó el Padre confesor de excitar denunciantes, de todas clases y estados, con honrosas recompensas, que á muchos se les anticiparon. Encargóse tambien del penoso trabajo de sembrar espías en Madrid y en las principales ciudades de España, y conferenciar con ellas a horas señaladas. Se avisó á Campomanes y á los demás subalternos que, imitando el celo del duque de Frias, era tiempo de recoger papeles y prevenir materiales para la obra; y como segundaban admirablemente los cuidados del de Alba y confesor, cuando vino a morir la Reina, en el mes de Julio, estaba casi perfecta la industriosa mina.

»Dos habian de ser los ramales de ella, dirigidos á otras dos recámaras, que una se habla de llamar la justicia y otra

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(1) Obsérvese bien lo que esto significa.

(2) Sospecho que haya errata en la copia: quizá el original dijera determinado.

(3) Entre los varios ahorcados por el conde de Aranda,fue uno de ellos un noble murciano llamado Juan Antonio Salazar, que decía que no había de parar hasta acabar con el Rey y su familia.